jueves, 21 de noviembre de 2013

Sopa de ajo

Sopa de ajo
Esta sopa se conoce como "comida de recuperación", es decir, la comida que se hace con lo que ha ido quedándose en la cocina de otras comidas. Con todo, resulta que esta sopa es una verdadera delicia al paladar. Levanta el ánimo con facilidad, calienta el cuerpo y es llenadora además de muy nutritiva. Resulta, como veremos, sencilla de hacer y pues, vale la pena decirlo, es bueno que la coman aquellas personas con las que andaremos por las siguientes horas pues el aroma perdura un rato.


De dos a tres personas:
10 a 12 rebanadas de pan viejo, tipo baguette o pan europeo
1 diente de ajo grande por persona
1 huevo por persona
1.5 litros de caldo de tu preferencia (pollo o res)
1 cucharada de paprika (pimentón dulce)


Partir los ajos por mitad y quitarles el brote, desecharlo, rebanar el ajo en lajas no muy delgadas, colocarlo en la cazuela con una cantidad moderada de aceite de olivo y sofreír. Es importante que no queden demasiado dorados. Apartar la cacerola del fuego y añadir una cucharadita de paprika. Volver a colocar al fuego e integrar las rebanadas de pan para que absorvan el aceite y la paprika. Es importante hacer esto último rápido para que no se queme ni el ajo ni la paprika. Integrar el caldo y dejar hervir. Cuando rompe el hervor dejar caer en hilo los huevos batidos y mover vigorosamente la sopa mientras eso sucede. Cuando el huevo se ha cocido es tiempo de servirla.


 Provecho!!

Alcachofas y vinagreta Margot

Alcachofas con vinagreta Margot

Comer alcachofas es una verdadera delicia. Es común creer que de la alcachofa solamente se comen los corazones, sin embargo cuando hay el tiempo y la disposición de compartir de modo agradable con los comensales, aprovechamos toda la alcachofa y servimos una por comensal. De ese modo, mientras se degusta un vino blanco se va deshojando la alcachofa manualmente y se come el interior de cada hoja con un poco de la vinagreta y luego raspándola con los dientes. Es quizás una tarea que a muchos les parece laboriosa, pero, tiene que ver más con disfrutar el sabor en cada bocado mientras se departe con los comensales. Al final, conforme se terminando la alcachofa se llega a unas hojas muy finas que recubren el corazón. Esas hojas se retiran juntas como si se destapara un bote. Queda al descubierto una capa de espinas muy suaves que debe retirarse con un cuchillo haciendo la figura de un cono sobre el corazón. Finalmente, el premio, se llena el corazón ya sin espinas en forma de cono con más vinagreta y se se va mordiendo hasta terminarlo.
Usar las manos para comer imprime un sello extra al goce de comer, aproveche.


Alcachofas:
Las alcachofas, una vez limpias, se ponen a cocer con bastante agua y sal. Se sabe que están cocidas cuando cambian de color, se les quita lo brilloso, y cuando se les arranca una hoja exterior y la parte interna está tiernita. Eso es todo con las alcachofas.


Vinagreta Margot:
2 huevos cocidos y pelados por persona
aceite de olivo
vinagre de vino blanco o jugo de limón
perejil fresco
sal y pimienta.



Vinagreta Margot
El modo de preparación es, en un bowl se revuelve aceite de olivo y el vinagre en una proporción aproximada de una porción de vinagre por dos de aceite. Los huevos cocidos se parten por mitad y se les extrae la yema. La yema se incorpora una por una al la mezcla de aceite y vinagre removiendo fuerte para que ésta se desbarate y se integre a la mezcla. Las hojas de perejil, ya desinfectadas, se pican finamente y se integran a esa mezcla. Lo mismo haremos con las claras, picarla muy finamente y luego integrar. Una vez hecho esto se rectifica la sazón y se le integra sal y pimienta al gusto. Y si, le pongo ese nombre porque es la antigua receta de mi abuela Margot, que bien que sabía preparar y degustar las alcachofas.

Provecho!!!

jueves, 26 de septiembre de 2013

Pacholitas

Pacholitas, arroz con rajas y elote y ensalada verde
 Las pacholitas son hechas con una mezcla de carne molida y chiles, parecen carne de hamburguesa pero roja. Son un plato típico de Mazamitla, Jalisco. Originalmente se molían la carne y los chiles en metate, lo que ciertamente les da una textura diferente, especial. Sin embargo, en una cocina común quedan muy bien sin el metate. Suelen acompañarse sea de arroz y frijoles o de ensalada verde.
Ensalada verde
 El aroma que desprenden es muy incitador y su vista es agradable y apetitosa. Suelen servirse como plato fuerte en la comida o para la cena. Muchas personas cortan la pacholita y se hacen un taco con ella bañándola en su salsa de preferencia y a otros les agrada más comerlas con tenedor y cuchillo, es cosa de gustos.


Ingredientes:
1/2 Kg. de carne de res molida (centro de paloma) con dos pasadas
1 huevo
1/4 de cebolla
2 dientes de ajo
3 chiles anchos (si son pequeños)
4 chiles mirasol
3 hojas de laurel
1 pizca de comino
pan molido
sal y pimienta
(salsa Maggy y salsa inglesa sólo si les gusta ese sazón).



Modo de preparación:
En una sartén con un poco de aceite de oliva se reahoga la cebolla partida groseramente junto con el ajo y luego se apartan. En ese mismo aceite se pasan los chiles y las hojas de laurel. Se licúa todo lo anterior con el resto de los ingredientes incluyendo el huevo. 
Amasado de pacholas
Lo licuado se integra a la carne molida y se amasa. Se le va añadiendo la cantidad de pan molido necesaria para que se integre bien la carne (la idea es que quede manejable, es decir, un poco pegostiosa).
Se forman las pacholitas con las manos usando guantes (para que las manos no queden rojas y enchiladas, no es obligatorio, claro). Se ponene en la sartén con poco aceite. 
Freir pacholas
 Las pacholas no se deben estar moviendo, se dejan freír y cuando está dorada la parte de abajo se voltean con una palita y se deja dorar el otro lado. Listo.



 Provecho!!

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Sopa tarasca

 
Sopa Tarasca
Es una sopa deliciosa y muy sencilla, con un alto contenido de proteína vegetal y básicamente se trata de una sopa de tortilla con caldo de frijoles. Se acostumbra servir como comida principal si el plato es abundante o como entrada en pequeña porción si se sirve como primer tiempo de una comida. La sopa puede ser, entonces, una comida en sí misma, una cena o una entrada de primer tiempo. La mezcla de tortilla frita y el caldo de frijol preparado la convierten en una mezcla natural de sabores y, al añadirle crema, queso cotija y aguacate, su presentación es muy elegante a la vista. Su textura un tanto espesa le da sobriedad así como su color, y los toques de los adornos además de ser un elemento contrastante de color posibilita realzar la atracción del plato. Suele llamar la atención y despertar el apetito.


Ingredientes:

1/2 kg. de frijol Flor de Mayo
1/2 Kg. de tortillas
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
2 a 4 chiles anchos secos (según tamaño)
1 ramita de orégano fresco
Un poco de comino
Sal y pimenta


Caldo de frijol

Modo de Preparación:

Se cocen primero los frijoles y apartar el caldo después. En una sartén con una generosa cantidad de aceite, se reahogan el ajo y la cebolla partida groseramente y se sacan. Después, en el mismo aceite, se pasan los chiles anchos desvenados y sin rabo. Se licúan los frijoles junto con los ajos, la cebolla, los chiles, el orégano bien desinfectado, el comino, la sal y la pimienta. Esto se pone a calentar con todo el caldo de los frijoles y si es necesario un poco más de agua.Se deja hervir para que se integren todos los sabores.
Dorar las tortillas

Aparte, se parten las tortillas en tamaño bocado y se fríen a fuego medio hasta que queden crocantes. Se pasan por un colador para escurrirlas y quitarles el exceso de aceite.

Para emplatar, se pone un puño de tortillas doradas en el plato hondo, se le añade el caldo de frijol ya bien caliente y se adorna con crema, queso cotija y unas rajitas de aguacate.


 Provecho!!

sábado, 21 de septiembre de 2013

Betabeles caramelizados

Betabeles caramelizados
 Una receta muy simple pero no sólo deliciosa sino de muy buena vista, es servir como guarnición para las carnes y pescados, unos betabeles caramelizados. Su aspecto brillante e intenso color son muy agradables así como el olor que desprenden. Lo encantador de este platillo es que es sencillísimo de preparar y, sin embargo, no es frecuente que las personas lo cocinen porque presuponen quizás una enorme dificultad, pero no es así.


Los ingredientes:
1 manojo de betabel
1 taza de vinagre balsámico
sal
aceite de olivo
pimienta


Modo de Preparación:

Primero se lavan bien los betabeles, se pelan y trocean a tamaño bocado. Después se colocan en una sartén de fondo amplio y se añade un poco de agua, aceite de olivo, el vinagre balsámico, sal y pimienta y, si es de su gusto, un poco de hierbas finas. Esto se pone a calentar a fuego medio y se espera a que se caramelicen moviéndolas ocasionalmente. Y ya! Así de simple.

Se sirven calientes y directo al plato. Lo demás es disfrutar. En ocasiones pueden servir como una cena ligera y sabrosa. Claro, y como aviso, hay que recordar al día siguiente que no se está uno desangrando, los betabeles pintan notablemente el "descomer". Aviso para evitar sustos inecesarios ji ji.


Provecho!!

sábado, 6 de julio de 2013

Sopa de Champiñones

Sopa de champiñones
  Esta sopa se acostumbra en varias regiones de México y existen diversos modos para prepararla. La que aquí les presento es típica del Estado de México. Tiene como bondades que realza el sabor de los champiñones que se mezclan muy bien con la variedad de chile sin estorbar los sabores. Además, su color es fantástico y suele despertar curiosidad. El olor que desprende esta sopa caliente suele inundar la casa y es inevitable empezar a sentir un crujido en el estómago de puro antojo, así que se puede decir que uno la comienza a degustar desde antes de sentarse a la mesa. La textura es cremosa y sin duda un regalo al paladar. Como ven, esta sopa es en realidad un regalo para todos los sentidos y, por ello, es que se disfruta de modo especial. Si a esto añadimos que en tiempo de aguas comienza a bajar la temperatura, uno acoge este manjar con deleite después de dejar el paraguas afuera y comenzar a llenar de olores el apetito.

La preparación es sencilla. Todo comienza por pasar en aceite para sofreir la cebolla cortada toscamente, el ajo y los chiles. Esto se pone después en la licuadora para licuarse con ayuda del caldo de su preferencia (pollo o res). En el mismo aceite se sofrien los champiñones, ya limpios y rebanados, es aquí donde se les agrega sal y pimienta al gusto. Valga decir, como secretito culinario, que es un error lavar los champiñones con agua. Lo que debe de hacerse es limpiarlos bien con una servilleta en seco para que los champiñones no absorvan humedad y no pierdan el sabor. Cuando los champiñones ya estén listos se le integra la mezcla de chiles, cebolla y ajo previamente licuada y colada y se deja sofreir un momento. Posteriormente, se añade una generosa cantidad de caldo. Se deja hervir y, si se desea, se agrega aquí, al final, una rajita de epazote fresco para aumentar el sabor, ya está lista.

Para emplatar, echemos mano a la estética y luce mucho el platillo si la loza es de color claro o de barro. Ya servido el plato, es aconsejable añadir, aunque es al gusto, rajitas de aguacate, quesillo de Oaxaca y un poco de crema. 


INGREDIENTES

2 Chiles guajillo o nopalero
1/4 de cebolla
1 diente de ajo
Caldo de pollo o de res.
1 Paquete de champiñones (si lo prefieren pueden ser setas o portobello)
Sal y pimienta.

Opcional: aguacate, quesillo de Oaxaca, crema y rajita de epazote fresco.

Provecho!!! 

jueves, 13 de junio de 2013

Papitas aplastadas


 Las papas son siempre, me parece, un manjar. Muy nutritivas,
Papitas aplastadas
sacian y además son fáciles de preparar en una infinidad de variantes. En este caso, las papitas aplastadas que presento aquí son una delicia para acompañar el plato fuerte en una comida o, como en mi caso, para una cena no pesada aunque deja esa sensación de haber comido algo a gusto y sabroso antes de dormir.


Su preparación es increíblemente simple. Se deben cocer papas pequeñas o "nacidas". Esta forma de preparación es particularmente exquisita cuando las papitas son rojas aunque quedan muy bien con la papa amarilla ordinaria. Una vez cocidas, se escurren y se colocan en una sarten extendida con suficiente espacio entre una y otra, no se requerirá de aceite. Con un mondador de papas se apachurran un poco sin que pierdan su unidad, no se trata de hacerlas puré. Basta con presionarlas un poco y que rompa la cáscara de la papa, quedan un poco en forma de disco. Se le añade un poco de mantequilla encima a cada papita, queso rallado, sal y pimienta. Se tapan y se dejan dorar en la sartén a fuego medio o alto para que se doren más. Bien calientes, se sirven en el plato y se adornan con hojas de perejil finamente picadas.


Les dije que era de una simplicidad notable. Espero que las disfruten mucho.
Provecho!!


Ingredientes:


papitas nacidas
mantequilla
perejil
queso rallado
sal y pimienta.


jueves, 30 de mayo de 2013

Tostadas de marlin ahumado y de ceviche

Tostadas de marlin ahumado y de ceviche

 Las tostadas de ceviche y de marlin ahumado son un gusto generalizado en México. La frescura de estos frutos del mar son un buen paliativo para cuando hace mucho calor o cuando se antoja comer de modo diverso el pescado. Las tostadas por lo general son una tortilla frita y secada después. Pero, ahora, y para evitar el aceite, se ha extendido comprar las tostadas deshidratadas. Si tienen oportunidad, aunque no es tan sencillo encontrarlas ni en nuestro propio país, las famosas tostadas raspadas que son una verdadera delicia.
Simpre que hay tostadas de pescado, la preparación es similar. Por lo general se unta la tostada primero con un poco de mayonesa, se pone encima el pescado y se corona con lajas de aguacate. El conjunto no sólo es delicioso sino que además se presenta a la vista como bello y muy apetitoso. A veces, se sirven sólo como botana o entrada a una comida y en otras ocasiones son la comida cuando hay más variedad de pescados y mariscos para las tostadas. Se acompañan muy bien con cerveza clara muy fría.


Ceviche
1/2 kg de sierra molida
4 jitomates saladet (guajillo)
1 cebolla mediana
2 zanahorias pequeñas
1/2 kg. de limones
sal, pimienta, cilantro y chile serrano o jalapeño en vinagre (opcional).


Primero se pone en un molde el pescado molido y se baña abundantemente en el jugo de limón. Taparlo y dejarlo reposar por un espacio de 1 hr y media o 2. Mientras, pelar y picar fino la zanahoria, lavar y picar el cilantro y picar la cebolla en trocitos pequeños. Cuando el perscado se ha cocido en el limón toma un color blanco, se le escurre el limón y se le agregan la sal y pimienta al gusto. La cebolla, la zanahoria, el jitomate y el cilantro de agregan y se revuelve. Si se desea un sabor un poco más ácido se le agrega un poco más de jugo de limón. Es un gusto extendido añadir tambien ya sea chile serrano o chile jalapeño (en vinagre) en trocitos pequeños. Algunas personas le agregan a esta mezcla aceituna verde picada pues le infunde un sabor especial.


Marlin ahumado
1/2 kg. de marlin ahumado
4 jitomates saladet
1 cebolla pequeña
3 chiles gueros
un manojo de cilantro fresco.


En una sartén con un poco de aceite de olivo se pone a sofreír la cebolla en trocitos o plumitas y el chile en trocitos. Ya sofritos (sin caramelizar) se integra el jitomate y se le da una pequeña guisada. Después se integra el marlin desmenuzado y por último el cilantro picado. Se tapa y se deja a fuego lento por un espacio de 5 minutos. Servir calientito.


Provecho!!!

lunes, 27 de mayo de 2013

Carnitas en salsa y calabacitas a la mexicana

Carnitas en salsa y calabacitas a la mexicana
Cuando se comen carnitas, típicamente el fin de semana con la familia o amigos, es fácil que quede un remanente para el día siguiente y no siempre se sabe que hacer con ellas pues es común que al recalentarlas les cambie el sabor. Al prepararlas en esta salsa se hace un guisado diferente que respeta y amplifica el sabor de las carnitas y si bien no es un plato ligero si es muy apropiado para entre semana si se come con moderación.

Modo de preparación: 
Para medio kilo de carnitas se asan unos cinco jitomates saladet (o guajillo), un cuartito de cebolla, un diente de ajo y 2 o 3 chiles serrano. Se licúan. Las carnitas se pican o deshebran para quitarles el exceso de grasa y se ponen en una sarten a dorar lentamente, sin aceite pues la misma grasa de las carnitas es suficiente. Una vez doradas se integra la salsa y se deja hervir hasta que se integren los sabores. Así de simple.
Las calabacitas a la mexicana se preparan picando en cuadritos unas 7 calabacitas, la mitad de una cebolla mediana, medio chile serrano y cinco jitomates. En una sartén con aceite de olivo se sofríe la cebolla, el chile y el ajo juntos y se les añade pimienta negra. Ya sofrito se le integra el jitomate para que se haga un recaudo y tapando la cazuela para que se integren los sabores. Una vez hecho el recaudo se integran las calabacitas previamente picadas, se tapa la cacerola y se pone a fuego lento a que se guisen en el recaudo. Unos minutos antes de que estén listas se le añade sal al gusto.

Provecho!!

jueves, 23 de mayo de 2013

Huevos rancheros variación 1

Huevos rancheros
Los muy típicos y mexicanísimos huevos rancheros. Son una verdadera delicia y son más que un desayuno, son todo un almuerzo. De modo que quedan fuera del común "desayunamos y nos vamos". Se trata más bien de un almuerzo que requiere tiempo para preparar y degustar. Forman parte de un espacio de convivencia con la familia o los amigos. 
Si bien hay muchas formas de prepararlos, lo típico es un par de huevos estrellados puestos sobre una tortilla frita y bañados con una salsa comúnmente roja. Hasta allí los generales pues hay variaciones posibles según los gustos y estilos. Aquí presentaré lo que a mi parecer es la combinación perfecta y que, claro, responde a mi gusto personal pero, en verdad les sugiero que lo prueben aunque sea una vez así y que me comenten sus impresiones. Van los cuatro elementos básicos descritos por separado pues alguito se puede decir de cada uno de ellos: tortilla, huevos, queso y salsa.
Sobre las tortillas a utilizar se puede decir que es mucho mejor utilizar tortillas hechas a mano, pero como cada vez es más difícil encontrarlas, se pueden utilizar tortillas de paquetito o de tortillería. La idea es que, entre más frescas sean su sabor es mejor. Modo de preparación: En una sartén hay que poner a calentar un poco de aceite de olivo o de su preferencia. Calentar el aceite a que cubra toda la superficie de la sartén. Se pone una tortilla extendida y queso sobre ella, se tapa con otra tortilla. Cuando la tortilla de abajo ya doró, se voltea todo a que se dore la otra tortilla. El queso se funde un poco. Ya doradas las tortillas se sacan y se bañan en la salsa y se emplata.
Sobre los huevos: La recomendación es comprar huevo de gallina alimentada de modo natural, en casa utilizamos los huevos "Veggetarian". Tienen que estar, de preferencia, frescos y si los sacas del refrigerador atemperarlos con agua tibia. El asunto es que no estén fríos a la hora de prepararlos. Una vez atemperados, poner una sartén, de preferencia de teflón y calentar en ella aceite de maíz o de soya. Debe ser una muy generosa cantidad de aceite para que el huevo se pueda freír de modo parejo. Partir el huevo y vaciarlo en un molde sin romper la yema, aquí usamos uno de esos moldecitos para gelatinas individuales. Cuando el aceite está tibio, no debe estar hirviendo pues el huevo haría burbujas, se vacía el huevo en la sartén con cuidado para no reventar la yema. Con una palita se baña con aceite la parte de arriba del huevo. Si se sigue este procedimiento, cuando la clara ya está completamente cocida la yema estará tierna (líquida y tibia). Sacar el huevo y escurrir el exceso de aceite y ponerlo sobre la quesadilla extendida que previamente se emplató. repetir el procedimiento con un segundo huevo si así se desea. A mi me encanta poner en ese momento sal y pimienta negra sobre la superficie de las yemas. Ahora se bañan con la salsa hirviendo o muy caliente. Con esto, si algo no hubiera quedado bien cocido se termina de cocer con el calor de la salsa.
Sobre la salsa: Hay una infinidad de salsas pero para este platillo les compartiré una salsa que le añade un sabor muy especial a todo el conjunto. Prácticamente, la salsa es el secreto de este almuerzo. Preparado: En un comal, se asa un diente pequeño de ajo y un cuartito de cebolla separadas sus capas, con el objeto de tener esos "quemaditos" que integran el sabor de lo ahumado a la salsa. Ya asados se meten a la licuadora con un puñito de sal de grano y un poco de pimienta. En el mismo comal se ponen 4 jitomates saladet (guajillo) a que se asen y un chile de árbol y dos chiles mirasol (o nopalero). Es importante no apartarse del comal porque el chile se asa muy rápido. Cuando los chiles estén asados se integran a la licuadora. Al estar asados los jitomates por todos sus lados apagar el comal, tomar un jitomate y partirlo en cuarterones e integrarlo a la licuadora para licuar bien lo que ya está allí. Licuar. Cuando ya está muy bien licuado se integran los otros tres jitomates partidos en cuarterones y se prende y apaga unas tres veces la licuadora para que los jitomates recién integrados sólo se trituren y no se licúen. Se vacía todo en una cacerola y se mantiene a fuego bajo para mantenerla caliente en lo que se preparan los huevos y la quesadilla. Esta salsa se puede preparar con antelación a todo el proceso y además es muy sabrosa para muchos otros guisos.
Sobre el queso: De preferencia queso de morral de la región de Lagos de Moreno Jalisco, aunque cualquier queso adobera puede servir a estos fines. Es importante saber que los quesos de maduración o demasiado frescos no son buenos para este platillo.

Recomendaciones: 
  • A la hora de preparar la quesadilla se le puede integrar unas rebanadas de jamón.
  • Después de comer este platillo repose y disfrute, no haga actividades intensas pues es un platillo pesado. Recuerde, es más un asunto de compartir.
  • Es magnífico después de hacer ejercicio intenso mientras se comparte la charla las aventuras deportivas o de lo que guste con la familia y amigos.
  • Es muy sabroso acompañarlos de frijoles guisados de algún modo.

INGEDIENTES:
Tortillas
huevos
jitomates saladet
cebolla
ajo
chile de árbol
chile mirasol o nopalero desvenado y semillas
queso adobera

 Que los disfruten, provecho!!!

viernes, 17 de mayo de 2013

Chilaquiles

Chilaquiles rojos
Para comenzar nuestros posts, nada mejor quizás que presentar los muy conocidos chilaquiles.

Si bien existen muchas recetas (probablemente cientos) y muchos gustos personales para comerlos -hay quienes los prefieren blanditos y a otros nos gustan crujientes-, lo cierto es que la base para su preparación es más o menos la misma.

Lo curioso es que, a pesar de su enorme simplicidad, existan tantas variaciones tanto en su preparación como en los usos y costumbres para comerlos. Cada región del país los suele comer de alguna manera particular, con el sazón de la localidad, las especies disponibles, hierbas de olor, tipo de maíz, etc. Así mismo, en algunas zonas los prefieren como almuerzo, en otras como comida o cena según la ocasión. Quizás lo común sea que, una vez servidos al plato, se les ponga crema y queso al gusto y se acompañen con alguna variedad de frijoles, refritos, guisados o de olla.

Lo que he observado es que sin importar el tipo de chilaquiles, en cualquier región de México suelen pedirse para esas mañanas después de una noche de excesos en las bebidas alcohólicas, con un éxito interesante cuando se piden particularmente picosos. Creo que no cura una "resaca" o "cruda" pero, lo picante que se siente en esos momentos al comerlo hace olvidar el malestar. Nada mejor que la opinión de ustedes para esto.

RECETA (para 2 personas):

2 chiles anchos
4 chiles mirasol
1/2 diente de ajo
1/4 de cebolla
8 tortillas
crema
queso fresco
1 aguacate
sal y pimienta

Cortar las tortillas en porciones pequeñas, como de medio bocado y ponerlas en aceite abundante y caliente hasta que doren. Se van poniendo por tandas para que no se encimen. Dorar y escurrir. Ya escurridas ponerles sal y pimienta mientras aún están calientes para que se "pegue" a la tortilla dorada.
Desvenar y despepitar los chiles. Si quieren que quede la salsa muy picosa dejárselos. Ahora se pasan por el aceite caliente por un breve tiempo. Licuar con el ajo, la cebolla, sal y pimienta al gusto y un poco de agua o caldo de pollo para que se pueda licuar bien. Colar. 
Se ponen tortillas ya doradas y la salsa a calentar por breve tiempo. Poco si desean los chilaquiles crocantes y un poco más si desean que se ablanden las tortillas doradas.
Servir al plato y poner encima crema, queso, aguacate y cebolla picada al gusto. Suelen acompañarse de frijoles al gusto.
Provecho!!

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